jueves, 30 de noviembre de 2017

A veces solo hace falta un pequeño movimiento para que todo se derrumbe.

Llevo varios días sin publicar nada, la verdad es que apenas he tenido fuerzas para moverme de la cama y mucho menos para plantarme delante de un papel en blanco para escribir. Pero aprovechando que hoy he tenido que ir a por medicación, he tenido que vestirme y hacer como que era persona me he dicho que debería seguir escribiendo.
Esta semana he tomado la decisión más difícil de mi vida, al menos hasta el momento, una decisión que venía rondándome por la cabeza desde hacía una semana, una decisión que había sopesado tantas veces y tantas veces no había encontrado respuesta que me estaba volviendo loco. Eso no significa que haya hecho lo correcto, me arrepiento muchísimo ahora mismo, me arrepentí en el momento que lo dije, en el que supe que ya no había marcha atrás ya estaba dicho. Y me duele que todo haya terminado así, a distancia, con un solo mensaje. Es algo que me va a perseguir durante bastante tiempo. 
Pero ya no sabía que hacer, ya no sabía como manejar todo lo que siento, ya no podía seguir pidiendo ayuda y que nadie pudiera hacer nada. Ya no podía seguir estando en medio, sin saber a donde ir. Lo peor de todo es que sigo arrastrando algunas mentiras, pero con suerte no tendré que afrontarlas nunca más, es lo bueno de desaparecer, que hay cosas que no se tienen que afrontar nunca más.

Soy una persona tremendamente indecisa. Es algo que poca gente sabe de mí, es algo que intento esconder, como he escondido durante años mis malestares, como he escondido mis miedos, mis angustias. Todo hacia dentro, solo para mí, para no molestar al resto, para que el resto no viera lo mal que me encontraba. Pero la verdad es que al final eso lo único que ha hecho ha sido hacerme daño, como si metes algo en una olla a presión y el volumen crece y crece y no tiene salida y al final explota y te cargas la olla a presión, los fogones, la comida y media cocina. Pues mas o menos eso es lo que ha pasado. Siempre me ha costado decidirme a hacer las cosas, puedo pensar en hacerlas pero siempre me ha faltado iniciativa para hacerlas. Puedo decir voy a hacer esto pero muchas veces la indecisión de cuando hace que al final no haga nada. Muchas veces pido lo mismo que otra persona porque no me gusta elegir entre una extensa carta de cosas. A veces espero a que todos escojan personaje para ver lo que sobra, y no tener que elegir posición. Le suelo dar bastante al aleatorio en los juegos para no tener que decidir que personaje escoger entre decenas de ellos. Muchas veces cuando pienso en comprarme algo estoy semanas dándole vueltas, meses y luego al final no lo hago. Eso basicamente define casi toda mi vida, una retahíla de indecisiones, una detrás de otra, que me han impedido hacer cosas.
Ahora se me junta con las pocas ganas de hacer cosas, la verdad es que estas semanas no puedo hacer nada, es imposible que por mi propia voluntad haga nada. Solo quiero esconderme, hacerme una pequeña bola y desaparecer del mundo. Que todo el mundo se olvide de mi, que todo el mundo se olvide de que existo. Hago planes para algunos días, aquellos que me levanto con las fuerzas suficientes para decirle algo a alguien, o que me levanto lo suficientemente mal como para necesitar que alguien sepa de mi existencia. Es una existencia triste y patética, solo vivo para ganar algo de dinero, para pagar las facturas, para tener algo ahorrado, porque siempre he querido guardar dinero. No entiendo porque pero siempre me ha gustado guardarlo, sin gastarlo. Será verdad que he nacido en el continente equivocado.
A veces solo pienso que necesito alguien que me quiera, que me ame un poco, ser importante para alguien, saber que piensan en ti porque eres algo para la vida de alguien. Pero eso pasa muy pocas veces. Luego me recuerdo a mi mismo pensando eso, y entonces vienen los ataques de ansiedad.
No se como voy a salir de esta, intento apuntarme a cosas pero ya van dos clases de chino que no voy, y me propuse estudiar un poco para poder acabar historia pero aun no lo he tocado. Tengo que hacer unos royos para mi padre desde hace dos semanas que tengo encima de la mesa. Tengo ropa tendida desde hace 3 días que ni me molesto en recoger y una taza de café en la pila para limpiar desde hace un par de semanas también. No limpio la casa desde antes de irme a Holanda, lo cual hace más de un mes. He cambiado las sabanas porque se meo el gato, pero llevo 2 meses con el mismo pijama. Y me paso el día en pijama. Luego me paso días sin cambiarme de ropa. Todo en una espiral autodestructiva descendente que no se como detener. La gente me dice cosas, y yo a veces les sigo el royo, porque no me apetece explicar nada, porque no quiero charlas, porque no quiero que me digan que todo va a salir bien, porque no quiero escuchar por decimoctava vez que al final todo se pasa, que el tiempo lo cura todo.
Llevo toda la semana pensando en irme. He buscado paises donde pueda vivir con poco dinero, paises que tengan un nivel de vida muy inferior. He pensado en vender el coche, cogerme un vuelo y vivir hasta que se me acabe el dinero. En Nepal tendría dinero para 5 o 6 años, lo suficiente como para luego encontrar una forma de subsistir allí. He pensado hasta el más mínimo detalle, como irme, como notificarlo para que los gatos no se mueran de hambre, incluso he mirado zonas de alquiler de pisos por las distintas ciudades. Ya no hay nada por lo que me merezca la pena seguir aquí, pero imagino que sería igual allí, solo que no entendería una puta mierda. Con un poco de suerte me atropella un autobús un día que vaya a comprar una ensalada para comer y así no tengo que pensar más.


Bueno, me desvío de la intención principal de este proyecto que era escribir poemas, rescatarlos de una muerte en papel. (A lo mejor debería quemarlos después como una forma poética de acabar mi infructuosa y corta carrera como poeta). Este poema se sitúa el 26-01-2009. Creo que la tristeza y la soledad siempre estuvieron dentro de mí, porque se reflejan en todas las poesías de estos años, y se supone que 2008-2009 fue el mejor año de mi vida. A lo mejor al final todo es culpa mía y es que no se ser feliz.

Me siento como prometeo, atado
encadenado a un destino eterno
servir como poeta en el infierno
con hadas y perséfone a mi lado

Servir a las musas en este lado
describiendo sus curvas, en mi invierno
escribiendo mis dudas al interno
desafiando a un pueblo y a mi hada.

Encuentro triste gris la primavera,
veo que falta lo que la flor ayuna,
mas porque le falta que porque espera.

Y conviertese el campo en mi duna
visión de lo que viene en la nueva era
y no habrá perro que ladre a su luna.

PD: me parece tan triste este poema, ahora tiene más sentido que hace unos años. Parece que escribiera esto pensando en estos últimos meses, como si mi poesía pudiera ver el futuro. un futuro ya pasado. Siempre dudas, siempre hacia dentro, siempre el invierno como referente, el invierno que hace referencia al fin de la vida, a la muerte. Las musas, esta vez mas eróticas que devotas, mas carnales que divinas, por eso se encuentra en el infierno. Pero no un infierno cristiano, es un hades. Nadie está en ese infierno por maldad, simplemente están ahí porque han muerto. Pues todos al final del camino llegamos al mismo punto. Todo se va pudriendo, la primavera ya no me alegra, ya no hay ganas de ver ese verde floreciente, ese olmo crecido, esa abundancia en los campos, las flores se mueren porque no tienen ni quieren alimento. Por mucho que esperen un milagro.
Lo que era un campo se ha convertido en una duna de arena, de tierra yerma, eso es el futuro, eso es lo que representa las esperanzas de futuro, una tierra yerma y un perro que se ha cansado de ladrar.
La luna en este caso podríamos decir que es la vida, pero no solo eso, es el centro de la poesía, es la musa, es la inspiración, es la magia. 
Seguramente cuando lo escribí todo eso no estaba en mi mente, seguramente los símbolos a lo mejor no tenían el mismo significado. pero eso es quizás lo más gracioso de la vida. Que una cosa puede tener dos significados según el momento en el que se escriba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario