sábado, 18 de noviembre de 2017

Puede ir hacia arriba y hacia abajo pero no hacia los lados ni atrás en el tiempo.

Normalmente lo que hago antes de ponerme a escribir un post es leerme primero el poema que tengo intención de publicar, intentar corregir todas las faltas que pudiera tener (porque yo soy muy de escribir tan rápido, que se me escapa un poco de las manos las formas). Hoy creo que más que escribir como un propósito para mantener una rutina en mi vida, vengo a escribir porque necesito escribir.
Con el tema de la depresión y la ansiedad, hay días pasables, días malos y días como hoy que se hacen eternos. Vas buscando a cada minuto una cosa que con la que rellenar esos sesenta segundos de tiempo, rezando por tardar un poco más para ver si en lugar de un minuto dura un minuto y medio y con suerte es un minuto y medio menos de día. Intento hacer cosas pero muchas veces mi animo es insuficiente para moverme, para hacer algo que no sea quedarme quieto, estático, solitario. (Y escribir en un blog para leerlo yo mismo tampoco creo que ayude). La cuestión es, que no soy capaz de gestionar mi tiempo. He conseguido llenar las mañanas entre semana con el tema del chino, martes y jueves voy a clase de chino y luego allí me ponen bastante faena para casa (que no siempre me hago el animo de terminar). La cuestión es que las tardes y las noches se hacen agónicas y los fines de semana un infierno. Mi nivel de ansiedad crece y tengo que estar medicándome hasta el limite de las pastillas que puedo tomar diariamente. A veces me miro al espejo y no me reconozco, hace años que no me reconozco a mi mismo. Soy como un juguete roto que es incapaz de repararse a sí mismo y no tiene ni idea de a quién pedir ayuda. Tengo que hacer más ejercicio, pero se me hace tedioso emprender esa tarea solo. A pesar de todo creo que doy algún paso, no por mucho rato, pero voy teniendo momentos de lucidez transitorios. Quizá el próximo día hable de mis miedos y mis impulsos autodestructivos, pero eso es algo que hoy no me preocupa.

El siguiente poema es mucho más colorido que los anteriores, ya no habla de muerte, el renacer ya ha ocurrido y empieza de nuevo el ciclo. Es un poema muy inspirado en machado, quizá no en los paisajes que dibuja en sus poemas, pues lo míos se parecen más a los que retrataba miguel hernández. Es de los pocos poemas en los que empiezo a integrar la sexualidad, aunque esto no será mas que un tema que toque en dos o tres poemas. Ya no solo hablo del amor idealizado, del amor poético, del amor devoto que se puede tener hacia una figura divina o etérea, esto es más un amor terrenal, un amor carnal, apasionado, donde se puede tocar, se puede besar, se puede follar. Es un amor que habla de un futuro, un amor que desprende cariño, no solo devoción. Quizá este sería uno de mis poemas favoritos. Estoy seguro que lo escribí a principios de 2009, o quizá finales de 2008. El recuerdo que tengo es de escribirlo de noche, pero ese recuerdo me lo guardo para mí.
PD: 25-11-2008

Huele a verde, a flor, a primavera,
por el florido campo, cerca el río,
olvidando el hierro, barro, hastío,
con la plata vista y tú, a mi vera.
Y entre las hojas el rocío espera
que seque la sombra del estío.
y yo espero tu sonrisa y brío
y de tus labios palabra sincera.
Mas anhelo sobretodo tu vientre,
besarlo, a la sombra de la vida,
 y esperar que nadie nos encuentre.
Escribo mientras te miro, dormida
y....sueño despierto sobre mi suerte
quédate conmigo, hasta mi ida.

PD: Algo curioso que veo cuando leo estos poemas es esa dualidad que existe, esa dicotomía temática, entre el campo y la ciudad, otra vez recurro en ese caso a miguel hernandez, muy influenciado en sus ideas, y muy influenciado por mi vida en la urbe. Veía esos dos aspectos, y de los dos, el mío era el que detestaba. El bullicio de la urbe, el grís de los bloques de edificios, el cielo manchado por la polución. Frente al verde prado, el florido campo, las llanuras de pastos, un paisaje bucólico sacado de un cuadro del rococó. Esa visión se vió acentuada cuando me encontré con poeta en Nueva York de Lorca. Y hasta ahí la curiosidad de hoy, mañana más, o quizá no.

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