lunes, 21 de septiembre de 2009

Boligrafo






La pregunta había sido formulada y esperaba pacientemente que los alumnos meditaran. En la clase todavía abundaban las caras de sorpresa, de duda, quizá también algunas de verguenza. Por el fondo se oian algunos murmullos, se preguntaban unos a otros que deberían contestar. Algunos lapices se movian nerviosos trazando lineas como si el alumno estuviera curda.
Me pasee por cada una de las mesas mirando los resultados, las respuestas. Algunos alumnos al verme acercarme daban la vuelta al folio disimulando que todavía no tenian la respuesta. Me senté para dejarles continuar y saqué uno de los libros de mi cartera, una novelita corta forrada tal que pareciese un libro antiguo, o al menos uno viejo.
Leí poco a poco, dejando absorver como tantas otras veces. Estaba en el cafe gijon, una mañana cualquiera de un dia cualquiera. Cristobal trasteaba con sus dados mientras yo, con el encima miraba al bullicioso local el cual servía ese día cualquiera a un pequeño concurso para nuevos talentos y antiguas reliquias. Me habían invitado para asistir como jurado, cuando mi palabra no era mas que la de un poeta de pequeños grupos...quizá fue por eso.
No esperaba mas que unos versos sosos y una prosa moderna poco trabajada, pues como habñia aprendido eso era lo unico que encontraba en el día a día.
entonces algo me llamo la atención, me coloqué las gafas y mire con atencion, no podia ser, no podia estar alli.
En una mesa algo alejada estaba una mujercita menuda, no media mas del metro y medio, de cara redondeada, nariz modesta y labios, a mi parecer y recuerdo, suaves y dulces.
Levante la mano y se acercó a mi, con su pequeña cintura, entre andando y corriendo.
-profesor!-una voz salio de algun sitio y la imagen se fue difuminando a la par que una clase llena de alumnos se iluminaba.
-ah, perdona luisa-dije escusandome mientras volvia en mi y despejaba mi cabeza- dime.
-hace un rato que hemos terminado y..ya ha tocado el timbre-me respondio algo preocupada por mi.
-me he despistado soñando despuierto, dejadlo encima de mi mesa y mañana terminaremos.
Uno a uno los alumnos fueron levantandose dejando su cuartilla encima de la mesa, despues empezaron a salir hablando o callando sobre aquello que habian escrito y sobre todo a aquel soipor en el que habia caido yo.
por mi parte, despeus de que el ultimo de clase hubiera abandonado el aula, volvi a abrir aquel libro para volver a ver su imagen, aquel libro que fue publicado en aquel concurso y, que tu madre nunca supo, fue gracias a un empujoncito que le di. Solo le hacian falta animos, siempre pense que era buena, solo le hacia falta que se lo dijeran de verdad ¿no crees isabella?

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